| Que aún tengamos que aguantar a Jorge Hevia en pantalla indica la falta de rostros que tienen los principales canales de Chile. | SEBASTIAN GRANT sgrantt@cronica.cl
Los temas hay que renovarlos y la pauta de los programas televisivos requiere un "fashion emergency" en forma urgente. La última edición de "Animal nocturno" pareció un homenaje -eterno a estas alturas- a viejas glorias del medio criollo, que están tratando de rescatar el último suspiro de un tiempo que ya no acompaña. Ahí vimos a Eliseo Salazar comentando sus años ochenteros de relación con Raquel Argandoña y acerca del desafío que ésta se transformara en su copiloto en un próximo rally.
Volver al pasado Lo de Salazar fue soportable, en todo caso, frente a lo que sufrimos después con Jorge Hevia y su hijo "Coke", conversando acerca del programa de competencia "familiar" que hacen el sábado. Ahí quedó la escoba. Primero por lo "mamón" que se vio al retoño, hablando de lo feliz que estaba con su papa en un estelar. Hay que decirlo, éste es una soberana lata. Sin embargo, el tema no pasa por la presencia de "Coke", sino que tener que soportar a Hevia en pantalla, más cuando el discurso televisivo ha trastocado en uno diferente al de sus tiempos. Es como pensar que Raquel Argandoña volviera a leer noticias. Nada, si ya fue y lo hizo en su momento. Pero que le den espacio y tiempo al ex rostro mañanero de TVN sólo indica la falta de renovación que tienen en uno de los canales más grande de este país. "Animal nocturno" pareciera ser como la vitrina de personajes de otro tiempo y de actuaciones que ya vimos, como la de Evelyn Matthey o Tati Penna transformada en hombre para ver qué se siente. Y aunque la cosa no estuvo mal y como "Bernardo" flechó a una chica del Pasapoga, ella también es de la reserva, de aquellos rostros que le hacen desafíos para recordar otros tiempos.
PELIGRO INMINENTE
"Animal nocturno" es de aquellos estelares estructurados en torno a la conversación, la que se transforma en el principal hilo conductor. La fórmula no es mala, al contrario, se agradece entre tanto espacio de relleno y medio aburrido. Sin embargo, es en los invitados donde la producción debería poner más ojo. Nada contra Tati Penna, al contrario, de alguna manera ella provocó en su tiempo. Sin embargo, es complicado reflotar personajes e ideas que no vienen al caso, como la remozada versión de "Cuánto vale el show", cuando su gracia era ser un rollo diario y de bajo perfil. NOTA DEL EDITOR: Policarpo, deja de ver tele weón y anda a reportear... |
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