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¿Partido de alto riesgo?

Por Claudio Riquelme

La selección llevaba apenas un día en Japón cuando se empezó a hablar del estallido de la Influenza AH1N1 en tierras niponas. La mayoría de los casos se registraron en Osaka, puerto donde Chile jugará su primer partido de la Copa Kirin ante el equipo local.

Fueron más de 270 casos en un par de días los que obligaron a cerrar colegios e intensificar los controles sanitarios en los aeropuertos de todo Japón. Se pensó que el partido podría jugarse sin público, cambiarse de ciudad o incluso no disputarse.

La verdad es que una vez instalados en Osaka, la situación parece más bien controlada. La gente usa mascarillas en el metro o en los buses, en general en todos los lugares cerrados y donde haya mucha gente, pero al aire libre la ciudad donde se jugará el partido ante Japón ofrece una imagen de aparente normalidad.

A inicios de semana se retomaron las suspendidas clases en primaria y secundaria y aunque la Asociación Japonesa de Fútbol informó sobre el reforzamiento de los controles de salud en el Estadio Nagai para el día del partido, todo indica que lo peor ya pasó en lo que a la gripe humana se refiere en Osaka.

Miguel Pinto y Rodrigo Millar no estaban lejos de la verdad cuando aseguraban que estando en Japón corrían el mismo riesgo de contagio que en Chile. A través de internet o en el diálogo con sus familias los jugadores se enteraban de que en nuestro país el número de casos confirmados avanzaba tan rápido como los rumores sobre la suspensión de la gira asiática.

Más aún, si nos vamos a los números resulta que el porcentaje de la población que presenta el mal, es más alto en Chile que en Japón. Por eso donde sea que se juegue hay un riesgo de contraer la enfermedad. Para reducirlo, en la selección adquirieron mascarillas para protegerse en lugares cerrados y donde haya muchas personas. El riesgo existe y Bielsa lo corre tal como cuando enfrenta a cualquier rival y prefiere ir a buscar el arco de enfrente a esperar cerca del propio.

Después de los amistosos en Japón vienen dos partidos clave por las clasificatorias mundialistas y es mejor no pensar en lo que pasaría si la influenza humana llegara al camarín de la selección. En todo caso hablamos de una pandemia y el fútbol, se juegue donde se juegue, no está libre de sus efectos.

NOTA DEL EDITOR: Este come tres veces más que Schiappacasse en una parrillá de la radio.